Un buen restaurante en un lugar super céntrico
Lo he disfrutado en algunas ocasiones y siempre muy bien. Casi siempre acompañado con amigos de fuera de Pamplona que siempre han optado por las pochas. La anécdota las presentará creo que a la perfección: todos elegimos pochas, y un comensal al ser preguntado por su elección del segundo, responde: pochas!….y de postre? : pochas! Y la anécdota no termina ahí, porque al año siguiente, repitió la historia.